25 de set. de 2015

Un poema sin fronteras.

Las Malvinas, se dice,
dejarán de ser Falkland
para volveren su ojos
a la bandera argentina.

Bolívia, mi querida,
de tanto que ha escuchado
el sonido del mar,
podrá pronto bañarse
en el oceano que le han
usurpado.

La gran pátria guarany
volverá, un día, a respetar
los indígenas
que se levantarán
bajo la luz
de los mártires de
Caraguaty.

Desde Honduras
se puede escuchar
gritos que piden libertad.

Los amigos de las montañas
bajarán a sus pueblos
con las manos abiertas,
sin más muertes,
sin más muertos.

Los niños muertos en
El Salvador,

los niños muertos en
Nicarágua,

los niños muertos en
Guatemala

están vivos como viven
los estudiantes desaparecidos
de Ayotzinapa:

en el corazón y en la memória
del pueblo:

una fuerza más grande que todo
el sentimiento de miedo
que nos han hecho sentir.

Puedo seguir hablando a respeto
de todos los pueblos 
sobre los que he leído,
pero no puedo

[não posso escrever um poema
sobre o famoso Brasil-brasileiro
quando se matam indígenas em braseiros,
quando só se pode viver por aqui
desde que não seja negro,
desde que não seja estrangeiro]

É impossível um poema
em português que não aponte
o Rio de Janeiro
ou o Rio Grande do Sul
como enormes prostíbulos
onde brancos chafurdam em sangue
afro-brasileiro;

este país onde as contas não fecham,
mas que tem abertas as fronteiras
para que entre o escravismo e nos
levem o dinheiro.

[Em todo território nacional
estão proibidos os poemas
por tempo indeterminado].

Nenhum comentário:

já ia avançado o dezembro naquele dois mil e hum já ia também naque le dois mil e vinte os dezembros se mpre têm disso: são somas de térm in...